¿¿Dónde meto todo esto??

asu9-67c_feature.jpgÉsta es la pregunta que siempre nos hacemos antes de ir a esquiar, seguro. La cartera, las llaves, el móvil, el mp3, el cacao, el bocata, la crema solar, la bebida…

Lo mejor es no llevar nada , claro, seguro que así se baja las pistas más cómodo. Pero se necesita un séquito detrás para atender nuestras necesidades; o en versión económica, llevándote al cuñado con lesión de rodilla para que haga de chófer y porteador, y después dejarlo tomando el sol en la cafetería.

Normalmente llevamos todas estas cosas en los múltiples bolsillos de nuestra chaqueta y pantalones, pero si te caes, corres el riesgo de arruinar tu flamante ipod. O ¿peor? aún, hacerte daño. Una vez me caí encima de mi móvil-ladrillo y me hizo polvo.

Hay por ahí una leyenda urbana (tal vez) de un tipo que se clavó un destornillador (que llevaba para ajustar las fijaciones) al caerse.

Sea como fuere, no es bueno para nuestra integridad y la de nuestros gadgets llevar todo pegado al cuerpo (Las riñoneras no me parece una buena opción: son pequeñas y no muy «ergonómicas» por así decirlo).

Todo esto se soluciona con una mochila, por incómoda que sea. Pero si te gusta el descenso fuera de pistas, hay unas mochilas que te vendrían como anillo al dedo, y a las que se debería buscar una palabra diferente a la de mochila convencional.

Yo ya le he echado el ojo a una de «The North Face», concretamente la Megamouth, con una capacidad de 18 litros y con un depósito de 3 litros con un sistema anti-microbios para hidratarte. Está hecha de un material transpirante muy resistente y con un peso de algo más de 400 gramos.

Si te vas a dedicar a subir y bajar las pistas establecidas, esta mochila será un poco aparatosa, pero si te gusta el fuera-pista, en esta mochila encontrarás el espacio suficiente para todo lo que necesites, además de un dispensador para rehidratarte.

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