Entre todas las estaciones de esquí que existen en España, una de las más importantes es la de Candanchú, Huesca, en la zona del Pirineo aragonés, que sobresale especialmente por el hecho de ser la primera en todo el territorio nacional, la más antigua del país, habiendo sido inaugurada en 1928, pero que ahora atraviesa una fuerte crisis financiera, la cual podría llevarla a desaparecer en los próximos meses.
El hecho es que si bien el Gobierno aragonés está haciendo todo lo posible por encontrar los capitales necesarios que aseguren la continuidad del funcionamiento de la estación de Candanchú, los mismos por el momento no aparecen, y las empresas privadas que la regulan, Explotaciones Turísticas de Candanchú S.A., mantienen deudas por cerca de seis millones de euros.
Además, a estos inconvenientes generales, se suman consecuencias poco alentadoras, como por ejemplo el hecho de que los trabajadores de la estación no cobran desde hace cuatro meses, sin dejar de mencionar que la empresa privada debe cerca de dos millones a la Seguridad Social por cotizaciones impagadas, y hasta la luz ha sido cortada por falta de pago hace tanto tiempo que nadie sabe a ciencia cierta cuando sucedió.
Sin embargo, existe todavía una luz de esperanza que se plantean, y la misma tiene nombre, es la sociedad pública Aramon, perteneciente al Gobierno aragonés de forma conjunta con la entidad financiera Ibercaja, y que se encuentra interesada en poder adquirir la estación de esquí, aunque no es seguro que la misma se encuentre funcional para esta temporada de invierno que está por comenzar.
Más allá de esto, se está negociando por estas semanas el alquiler de Candanchú, para que este año la estación pueda abrir sus puertas al público, lo que sería una interesante oportunidad para comenzar a recaudar un dinero que entonces genera confianza y la llegada de más inversiones, además de turistas, claro está.
