No queremos ponernos tremendistas, pero parece un hecho que el denominado cambio climático puede cambiar el ritmo de precipitaciones y los niveles de temperatura en pocas décadas si es que no los ha empezado a cambiar ya.
Esta temporada, las estaciones de esquí están acusando, en algunos casos bajos niveles de espesura en cuanto a nieve se refiere. El invierno llegó a tarde y hasta finales de enero no tuvimos precipitaciones y buenas condiciones en las pistas de la mayoría de instalaciones de nuestro país.
Un sector de los expertos en climatología, están alertando sobre los efectos que puede tener el cambio climático en el negocio del turismo asociado a los deportes de invierno y las estaciones de esquí. La nieve depende tanto de las precipitaciones como de la temperatura. Si no hay precipitaciones, lógicamente, no habrá nieve. Sin embargo, el mayor problema en este sentido, procede de la subida de temperaturas.
Si las temperaturas van subiendo poco a poco en los meses de invierno, la nieve solo cuajará en las mayores cotas de altitud. Así, muchas instalaciones de esquí podrían encontrarse con nulas condiciones naturales para la práctica de los deportes de invierno. Por ello, las empresas turísticas asociadas a la nieve, tratan de reforzar la instalación de infraestructuras que la produzcan de manera artificial.
Desde algunos sectores ecologistas continúan dudando acerca de la viabilidad de muchas de estas costosas infraestructuras, acusando a los principales grupos empresariales de falta de responsabilidad en sus actuaciones. Si en el futuro, las condiciones para poder practicar esquí empeoran, algunas de estas instalaciones tendrán una difícil rentabilidad y su impacto medioambiental podría ser perjudicial.
Sin embargo, desde el sector empresarial abogan por reforzar las infraestructuras para garantizar un adecuado servicio al usuario, apoyándose en el hecho de que el cambio climático es un asunto más a largo plazo.
Un tema espinoso del que seguiremos informando.
Fuente: El País
